CULTURA CAÑARI
La
palabra cañari etimológicamente viene de Kan = culebra y de Ara = Guacamaya.
Para algunos lingüistas significa descendiente de la culebra y de la guacamaya.
La verdad es que estos animales fueron considerados sagrados y existen leyendas
y decoraciones que así lo demuestran. Dentro de la gran familia Cañari
existieron parcialidades con culturas propias. Una de éstas fue la de los
Peleusis que se radicaron en el sitio de la actual ciudad de Azogues y
ejercieron hegemonía sobre tribus vecinas. Existe
una antigua leyenda de que este asiento de los Pelusis fue fundado por los
caciques Tenemaza y Carchipulla, apellidos que todavía existen en la provincia.
Origen de la Guacamaya
Los
Cañaris consideraban el diluvio como el origen de su raza. Decían que en
tiempos muy antiguos que habían perecido todo los hombres en una espantosa
inundación, que cubrió todo la tierra. La tierra de Cañaribamba estaba ya
poblada, pero todos sus habitantes se ahogaron, logrando salvarse solamente dos
hermanos varones en la cumbre de un monte, el cual, por eso, se llamaba
Huacayñan o camino de llanto. Conforme crecía la inundación, se levantaba
también sobre las aguas este cerro; los antiguos moradores, que, huyendo de la
inundación, habían subido a los otros montes, perecieron todos, porque las
aguas cubrieron todos los demás montes, dejándolos sumergidos completamente.
Guacamayas
entran a dejar alimento
Los
dos hermanos, únicos con vida después de la inundación, de la cueva en que se
habían guarecido salieron a buscar alimento; mas cuál no fue su sorpresa,
cuando, volviendo a la cueva encontraron en ella manjares listos y aparejados,
sin que supiesen quien lo había preparado. Esta escena se repitió por tres
días, al cabo de los cuales, deseando descubrir quién era el ser misterioso que
les estaba proveyendo de alimento, determinaron los dos que el uno saldría en
busca de comida, como en los días anteriores, y que el otro se quedaría
escondido en la misma cueva. Como lo pactaron, así lo pusieron por obra. Mas he
aquí que, estando el mayor en acecho para descubrir el enigma, entran de
repente a la cueva dos guacamayas, con cara de mujer; quiere apoderarse de
ellas el índigena, y salen huyendo. Esto mismo pasó el primero y el segundo
día.
Al
tercero, ya no se ocultó, el hermano mayor sino el menor: éste logró tomar á la
guacamaya menor, se casó con ella y tuvo seis hijos, tres varones y tres
mujeres, los cuales fueron los padres y progenitores de la nación de los
Cañaris. La leyenda no dice nada respecto de la suerte del hermano mayor, pero refiere
varias particularidades relativas a las aves misteriosas: las guacamayas tenían
cabello largo y lo llevaban atado, a usanza de las mujeres cañaris: las mismas
aves fueron quienes dieron las semillas a los dos hermanos, para que siembren y
cultiven la tierra.
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